[EDITOR’S NOTEThe following is a Letter to the Editor, written and submitted by verified resident(s). It does not necessarily reflect the opinions of South King Media, nor its staff.]

As the City of Burien considers raising the minimum wage inside of city limits, there are a few key points that decision makers are encouraged to keep in mind. 

First, the employers who will pay these higher wages, such as small business owners like us, deserve a voice in the process (so thank you for listening!). As members of the Burien community, our goal is to provide excellent value for our customers, to do right by our employees, and to keep our businesses viable. We are the experts at making sure our books balance at the end of each month, and if our labor costs are to increase, our perspective on how we might absorb those costs is important. We aren’t asking for our input to count because we oppose the effort, we are asking for our input to count to ensure the solution is workable and produces the best outcomes. 

Second, this means enacting a higher minimum wage through the city council process, not via initiative. As a Code City, Initiatives in Burien are not amendable which limits the ability of the City to correct for any unintended consequences. A well-intended policy is not enough if it doesn’t produce the desire outcomes, and the research on the impact of recent municipal-level minimum wage increases shows how important it is to get the policy right and not impose a one-size-fits-all-cities solution. What might be right for an economy like Seattle’s might be unworkable for an economy like Burien’s, and having the ability to adjust in real time is critical to preventing minimum wage increase from making income inequality worse, as has happened elsewhere. 

Third, as a matter of policy, Burien must increase its minimum wage in a manner that is right-sized to Burien’s economy. Our city is home to many locally-owned coffee shops, immigrant-owned restaurants, daycares, and family-run stores that are already struggling to keep expenses lower than revenues coming in. Employers understand that inflation has driven up costs for our employees, because it has also forced double-digit increases in labor, rent, energy, and supplies onto us too. This is on top of pandemic-related debt-service, which for many small businesses runs in the six figures. An increase in the minimum wage should not be so burdensome that it cannot be balanced without reducing hours for our employees, reducing our hiring, reducing our services, increasing our prices – or all of the above – none of which would be positive outcomes for Burien’s economy or workforce. 

Finally, the policy should strive to strike the right balance. Massive increases overnight are not workable. Washington has the highest minimum wage in the nation, and it increases each year with inflation. Establishing a minimum wage in Burien that is pegged above the state’s minimum wage and rises along with it is a fair way for employers to adapt and adjust our business models to our labor costs. Ten years ago, Seattle took a different path by setting the higher wage target at $15 per hour, but also understood the unfairness of trying to achieve this overnight, and so provided employers with a seven-year phase in period to reach $15 per hour. Seattle also recognized healthcare insurance coverage as wages, which incentivizes employers to provide this important employee benefit at a far greater value than employees could find on their own – a decision Burien should emulate. Similarly, including tipped income in the calculation of wages would reflect the wage structure of Burien’s restaurant industry – which makes up a large portion of our local economy – and help our local restaurants stay viable as their employees’ wages rise. Lastly, if the ordinance is to differentiate between large and small employers in the name of fairness, it should only count the local employees of locally-operated franchises, not the aggregate numbers of employees of the company brand.  

En Español:

Mientras City of Burien considera aumentar el salario mínimo dentro de los límites de la ciudad, hay algunos puntos clave que las personas que toman decisiones deben tener en cuenta.

En primer lugar, los empleadores que pagarán estos salarios más altos, como los propietarios de pequeñas empresas como yo, merecen tener una voz en el proceso (¡gracias por escucharnos!). Como miembros de la comunidad de Burien, nuestro objetivo es ofrecer un valor excelente a los clientes, hacer lo correcto por los empleados y mantener los negocios en funcionamiento Somos expertos en asegurarnos de que nuestras cuentas estén equilibradas al final de cada mes, y si los costos laborales aumentan, es importante saber cómo podemos amortizarlos. No pedimos que se tenga en cuenta nuestro aporte porque estamos en contra de la medida, sino para garantizar que la solución sea viable y produzca los mejores resultados. 

En segundo lugar, esto significa establecer un salario mínimo más alto mediante un proceso municipal, no a través de una iniciativa. Al ser una ciudad codificada, las iniciativas de Burien no son enmendables, lo que limita la capacidad de la ciudad para corregir las consecuencias indeseadas. Una política bienintencionada no es suficiente si no produce los resultados deseados, y la investigación sobre el impacto de los recientes aumentos del salario mínimo a nivel municipal demuestra la importancia de elaborar la política adecuada y no imponer una solución única para todas las ciudades. Lo que podría ser adecuado para una economía como la de Seattle quizá resulte inviable para una economía como la de Burien, y es fundamental tener la capacidad de adaptarse en tiempo real para evitar que el aumento del salario mínimo empeore la desigualdad de ingresos, como ha sucedido en otros lugares. 

En tercer lugar, como cuestión de política, Burien debe aumentar su salario mínimo adaptándolo a la economía de la ciudad. Nuestra ciudad está repleta de cafeterías locales, restaurantes de propietarios inmigrantes, guarderías y tiendas de gestión familiar que ya tienen dificultades para mantener los gastos por debajo de los ingresos. Los empleadores comprenden que la inflación ha incrementado los costos para los empleados, porque también ha impuesto aumentos de dos dígitos en la mano de obra, los alquileres, la electricidad y los suministros. A esto hay que añadir el servicio de la deuda relacionado con la pandemia que en el caso de muchas pequeñas empresas alcanza las seis cifras. Un aumento del salario mínimo no debería resultar una carga tan pesada como para que no pueda equilibrarse sin reducir el horario de trabajo de los empleados, la contratación, los servicios, aumentar los precios (o todo lo anterior), aspectos que no serían positivos ni para la economía ni para la fuerza laboral de Burien. 

Por último, la política debería intentar lograr el equilibrio adecuado. Los aumentos masivos repentinos no son viables. Washington tiene el salario mínimo más alto del país, y aumenta anualmente con la inflación. Establecer un salario mínimo en Burien que supere el salario mínimo estatal y aumente a la par es una forma justa de que los empleadores se adapten y ajusten sus modelos empresariales a los costos laborales. Hace diez años, Seattle eligió un camino diferente al fijar el objetivo de un salario más alto en $15 por hora, pero también consideró que sería injusto intentar conseguirlo inmediatamente, por lo que ofreció a los empleadores un periodo de transición de siete años para alcanzar ese monto. Seattle también reconoció la cobertura del seguro médico como salario, lo que incentiva a los empleadores a ofrecer este beneficio importante a los empleados a un valor mucho mayor que el que podrían obtener por su cuenta, una decisión que Burien debería imitar. De forma similar, la inclusión de los ingresos de propinas en el cálculo de los salarios reflejaría la estructura salarial del sector de restaurantes de Burien, que constituye gran parte de la economía local, y ayudaría a que los restaurantes locales se mantengan viables a medida que aumentan los salarios de sus empleados. Por último, si la ordenanza pretende diferenciar entre empleadores grandes y pequeños en nombre de la equidad, debería contabilizar únicamente los empleados locales de las franquicias gestionadas a nivel local, y no el número total de empleados de la marca de la empresa.  

Enrique Arias (Centro Neighborhood Kitchen)
Rita Dixon (The Point)
Dan Austin (Flight Path)

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2 replies on “LETTER TO THE EDITOR: Restaurant owners share thoughts on raising minimum wage in Burien”

  1. It seems like Amazon and Walmart are pushing for this wage increase. Why would I go to a local provider and pay the increased costs when I can just order online from Jeff Bezos?

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